15/05/2020
Inicialmente, la definición de "población de riesgo" resultaba sumamente extensa y abarcaba un amplio grupo poblacional al que se le impedía trabajar y se le obligaba a permanecer en casa durante toda la pandemia.
Sus alcances llegaban a todos los mayores de 60 años, sin importar su estado físico. También a los hipertensos, sea que tuvieran la presión controlada o no. A los asmáticos, sin importar la gravedad de su enfermedad. Y a las personas cuyo Indice de Masa Corporal (IMC) fuera mayor de 30, sin considerar su condición de salud.
Los reclamos de la gente no se hicieron esperar, y las restricciones se fueron relajando con rapidez. Se amplió el límite a mayores de 65 años. A los hipertensos que no tuvieran la presión arterial controlada. Solo a quienes sufran de asma moderada o grave. Y a quienes su IMC fuera mayor de 40.
Podría criticarse al Ministerio de Salud por normar a la ligera y sin mayor sustento sobre temas tan importantes para la economía de las personas y del país. Pero también podría alabarse la velocidad con que se dan cuenta de sus errores y los corrigen. Por nuestra parte, siempre preferiremos lo segundo.
Nos encontramos ante una situación extraordinaria, y es normal que se cometan errores. Lo importante es aprender de ellos y corregirlos prontamente. Nadie es perfecto, y no esperamos que nuestras autoridades lo sean. Debemos avanzar y mejorar sobre la marcha, como estos cambios del Ministerio de Salud lo demuestran.